Greenpeace considera a República Dominicana como uno de los miembros más importante de la CBI. Según evaluaciones hechas, llegan al país el 95% de las ballenas jorobadas del Atlántico Norte, que es una población de 900 ballenas aproximadamente. Cerca de 35,000 personas las contemplan todos los años en las costas dominicanas. Comparado con el tamaño del océano, “mil ballenas en el Atlántico Norte es casi nada”, comento Milko Schvartzman, en especial porque las ballenas son animales que necesitan mucho tiempo de recuperación cuando son cazadas.
“Por eso es importante que el país esté presente en las reuniones de la CBI no solo porque representa un voto, sino porque es el país más importante en conservación y avistamiento de ballenas en el Caribe, es un país referente, es un miembro muy importante y el único del Caribe que estaría en la CBI defendiendo las ballenas”, dijo.
Según Milko, República Dominicana tiene el privilegio de tener a las ballenas jorobadas, que es una de las especies más populares de todo el mundo, ya que se arriman a los barcos y empiezan a saltar y hacer piruetas, y dejan fascinados a los turistas.
De acuerdo con Schvartzman, tiene mucho más valor avistar una ballena durante sus 50 años de vida y acercar a los turistas todos los años para verla que asesinar a miles de ballenas en un solo día. La ONG, se inicio en 1961 y defiende a las ballenas desde 1974, esta fue la primera organización que en 1975 se confronto con los balleneros soviéticos y desde ese año hacen innovadoras y arriesgadas campañas de sensibilización.
“Es un desafío para la humanidad poder salvar a las ballenas. Si no podemos salvar uno de los animales más reconocidos, más carismáticos y pacíficos que tiene el mar, el animal más grande que existe en el planeta tierra, si no podemos salvar a las ballenas, muy poco vamos a poder hacer con el cambio climático, con la contaminación y con otros problemas gravísimos que nos afectan”.
Según Greenpeace, la cacería de ballenas, es uno de los problemas más sencillos vinculados con las ballenas que tiene una rápida solución, ya que alcanzaría con que varios países lleguen a un acuerdo y la detengan. “No es una necesidad alimenticia ni cultural la de estos países que aun siguen cazando ballenas”. Los países que continúan cazando son Japón, Noruega, Islandia y ahora también Dinamarca.
La CBI se fundó en 1946 por países cazadores de ballenas, con reglas que estudiaban esta práctica y por eso es muy difícil conseguir medidas de conservación.
“En ese momento no existía el turismo de avistamientos. Greenpeace fue una de las organizaciones, entre muchas otras en todo el mundo y ciudadanos, que logramos el mayor hito en la conservación de ballenas, y tal vez de los mares: poner en vigencia, en 1986, la moratoria a la caza comercial de ballenas. Si bien ahora hay tres o cuatro países que cazan entre todos casi 3 mil ballenas al año, en el momento de la moratoria había una docena de países que cazaban miles y miles de ballenas”.
Mirándolo así, ha habido un gran progreso. La caza de ballenas jorobadas continua, pero ha habido temporadas en que cazaban 10 mil ejemplares, que es la cantidad que quedan hoy en día en el mundo.